31/03/2023

Día Mundial por la concientización del Autismo

En esta fecha conmemorativa, profesionales del Servicio de Salud Mental de nuestro Hospital, mencionan algunos aspectos clave para el trabajo con niños y niñas que presentan dificultades en su desarrollo y su constitución subjetiva.
 

 

 
Día Mundial por la concientización del Autismo
El día Mundial por la concientización del autismo, constituye una oportunidad para visibilizar la importancia que todos los profesionales de la salud acompañemos interdisciplinariamente en el desarrollo subjetivo de los niños y niñas desde los primeros momentos de su vida, con especial hincapié en la detección temprana y oportuna de posibles dificultades inherentes a la comunicación e interacción con otros.

La detección precoz de dificultades

Se destaca la importancia de la detección precoz de los indicadores que denoten dificultades en el proceso de desarrollo y constitución psíquica, de las que, la posibilidad de padecer autismo constituye uno de los posibles trastornos en el devenir de la constitución, encontrándonos con diversidad de otros padecimientos de índole psico-emocional que comparten rasgos y/o mecanismos defensivos en común con el autismo pero que no reúnen los criterios diagnósticos de tal trastorno.

En este sentido, el médico pediatra, gracias a los controles periódicos, desempeña un papel clave en esta detección precoz de signos de alarma, que permitirán la derivación en primera instancia a especialista en psicología infantil para la evaluación, intervención y planificación de una estrategia de abordaje oportuno del niño, sus padres y familia. Así, es posible prevenir el avance y profundización del autismo y/o cualquier otro tipo de trastorno que pueda acontecer en el proceso de estructuración psíquica.

En palabras de Silvia Bleichmar  estas teorizaciones y fantasías competen al psicoanálisis, que encuentra la motivación representacional más acá del sustrato cerebral en el cual la representación tiene su soporte biológico, porque este último es insuficiente para dar cuenta de su especificidad.

 

¿Cuáles son las pautas de alarma más notorias?

Las dificultades vinculares entre el bebé y sus adultos referentes, especialmente en lo relativo a la comunicación y al desarrollo socio-afectivo, el retardo en el lenguaje, la conducta ritualista y compulsiva asociada a movimientos y gestos estereotipados, resultan claves.

La evaluación y el diagnóstico son una labor interdisciplinaria y eminentemente de la psicología clínica infantil, y no una sumatoria de signos y síntomas o la aplicación de un de un test que en la estandarización del mismo deja por fuera la subjetividad.

 

¿Qué implica diagnosticar?

En nuestro Servicio, solemos recibir con frecuencia consultas y solicitudes de orientación por parte de familias con un niño pequeño que manifiesta ciertos signos que suelen estar tempranamente agrupados en cuadros nosográficos, encasillados bajo un rótulo (autismo, por ejemplo).

En este sentido, consideramos que el diagnóstico debe ser brújula que nos guíe en la dirección del tratamiento, pero nunca destino inamovible o sello que indicaría las causas del sufrimiento psíquico de un niño, niña o adolescente. Supone profundizar en las determinaciones intra e intersubjetivas, ir viendo dificultades, pero también posibilidades, y armar hipótesis que se van modificando con el tiempo. No es una sigla ni un rótulo. Es un conjunto de ideas, que hay que ir poniendo en juego y contrastando con la evolución del niño y de su familia. El diagnóstico nunca puede ser el del niño aislado, sino en contexto (familia, grupo social, escuela, etc.). Teniendo claro, a la vez, que los niños cambian y que, por ende, lo que diagnosticamos hoy puede haberse modificado en unos meses. (Janin 2019)

 

El trabajo con los padres

 

Frente a estas situaciones,  se hace prioritario el trabajo con los padres bajo una mirada amorosa y no moralizante y/o pedagógica. Comprendemos la preocupación que estos padres tienen y sus inquietudes, frecuentemente cargadas de importantes montos de angustia  muchas veces vinculada con la urgencia de que las manifestaciones o signos que estos niños presentan desaparezcan, con la fantasía de cronicidad y/o la búsqueda de intervenciones (clínicas o medicamentosas) mágicas que mitiguen el sufrimiento y arriben a una “cura”.

 

El niño es un sujeto en devenir

 

Ante este contexto, partimos de la concepción de que un niño es un sujeto en devenir, en pleno proceso de estructuración psíquica. Proponemos como primer acercamiento al niño y su familia, realizar un diagnóstico presuntivo, concibiendo al mismo como situacional, en contexto y del niño actual. Detectar  una patología es diferente a plantear un trastorno como inmodificable.

De este modo, el diagnóstico presuntivo nos permite pensar en la detección temprana, y descubrir qué conflictos o dificultades ese niño o niña está manifestando con sus conductas, sintomatologías o trastornos. En función de lo cual podremos contar con los elementos clínicos necesarios para abordar la complejidad de cada caso con intervenciones estructurantes y subjetivantes.

Mg. Melina Susana Carande
MP. 955
Lic. Vanesa Vanina Restano
M.P. 1098
Servicio de Salud Mental del HMISR

 

Links de interés y bibliografía

Tustin, F. (1992) El cascarón protector en niños y adultos. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

Aulagnier, P. (1988). La violencia de la interpretación. El contrato narcisista. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.

Consenso de expertos del área de la salud acerca del llamado “Trastorno por déficit de         atención con o sin hiperactividad” (2005). Revista Cuestiones de Infancia.   

Bleichmar, S (2005). La subjetividad en riesgo. Buenos Aires, Argentina: Topía.

Janin, B (2019). Infancias y adolescencias patologizadas. Buenos Aires, Argentina:Paidós